Querido como mascota o como hijo, el perro cumple la función de acompañar y son cada vez más las leyes que prohíben que se les trate como animales de carga, ni sean adiestrados para este fin. Sin embargo, la única sugerencia dada por expertos es la de optar por el adiestramiento de perros como el medio más eficaz de incorporarlos a la convivencia y a la vida familiar.
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Las mascotas han replanteado el concepto de hogar y esta no es una postura compartida solo por la generación milenial. Encuestas aseguran que una de cuatro familias españolas poseen un perro como animal de compañía, lo que representa el 26% de la población que, en su mayoría, comparte la visión del canino como un miembro importante y privilegiado en el nuevo orden de estructura familiar.
¿En qué consiste el adiestramiento de perros?
De acuerdo al entrenador Miguel Gómez, en adiestramiento de un perro se basa en poner límites a las acciones del canino con el fin de integrarlos al núcleo familiar y a la sociedad. Con ello, el dueño conseguirá que su perro aprenda determinadas conductas y habilidades que a través de una serie de órdenes pondrá en práctica más temprano que tarde.
El mismo entrenador Gómez asegura que hay razas más predispuestas a ser amaestradas que otras, como lo son el Rottweiler y el perro Ovejero alemán, que por excelencia es un animal de adiestramiento y ha logrado transmitir esa cualidad a todas sus generaciones.
Sin embargo, aquellas razas más reacias a acatar una voz de mando también pueden ser adiestradas y educadas, pues todos están en condiciones de aprender las diversas técnicas que especialistas han desarrollado para este fin.
¿Cuando se debe comenzar el adiestramiento de un perro?
Expertos aconsejan que el adiestramiento canino debe comenzar en una etapa temprana, pues cuando el animal es cachorro es más propenso a entender las órdenes que se le enseñan. El adiestrador Gómez, afirma preferir formar a un perro de cuatro meses de nacido a uno “grande”, pues las viejas costumbres enquistadas en un perro de más edad le jugarán como desventaja.
A pesar de que la edad de la mascota es un factor clave, mucho dependerá del trato que el animal reciba en su hogar, pues un perro maltratado tendrá por instinto responder con la misma agresividad a cualquier estímulo que reciba, voluntario o no, de una persona cercana a él.
¿Cuál es la forma correcta de adiestrar a un perro?
El adiestrador de perros Manuel Balibrea explica que un canino solo será amaestrado si su dueño imparte de forma correcta las técnicas de obediencia. Una vez que el animal haya aprendido, el amo deberá aplicarlas en paseos y situaciones cotidianas, de manera que se conviertan en un entreno involuntario.
Sin embargo, Balibrea comparte una serie de tips que enseñan a aplicar los ejercicios correctamente.
Combatir la frustración y enojo
Disminuir el nivel de exigencia y la dificultad del ejercicio es lo recomendado si la sesión de entrenamiento no alcanza los resultados esperados, por ello es preciso parar y replantear la forma de hacer que el perro aprenda lo que se le intenta enseñar. Y de esta manera comprender que no es favorable que el perro asocie los entrenamientos con estados de ánimos negativos o de enojo.
Seleccionar el lugar ideal
Por instinto, los animales son rápidos en responder cualquier estímulo que reciban del exterior, y así suelen ser propensos a distraerse y no responder las órdenes de su dueño. Entre tanto, es preciso comenzar los entrenamientos en espacios tranquilos y con poca gente, lo cual permite establecer un vínculo intenso y bidireccional con el canino para luego elevar progresivamente el grado de dificultad
Tener en claro qué y cómo enseñar
Una mascota no obedecerá órdenes imprecisas y llenas de contradicciones, para que educar a un perro sea efectivo es necesario contar con un plan de entrenamiento cuyo contenido precise las técnicas a enseñar y cómo aplicarlas. Por ello se sugiere empezar con pasos sencillos para luego agregarle exigencia y dificultades.
Balibrea, recomienda tomar el juego como estructura inicial sencilla, seguido por el entrenamiento sin correa o sin estirar de ella, luego sentado y finalizar con el juego. Si el canino responde favorablemente a esta serie de pasos, el dueño podrá avanzar a la siguiente etapa, la cual agrega el comando “tumbado” antes de culminar la sesión con el juego.
Estas dos fases permiten tener el control del perro a corta distancia para posteriormente trabajar la obediencia a larga distancia. La estructura inicial de la primera fase a distancia comienza con juego, en caso de usar correo procurar no tirar de ella, sentado, esperar quieto y finalmente juego.
Para pasar a la siguiente fase es necesario alcanzar resultados positivos, de ser así, se deberá aplicar el juego, manejo de correa, sentado, tumbado y acudir a la llamada con juego para finalizar. De no tener claro cómo desarrollar estas técnicas en la mascota es preciso investigar o aprender sobre el adiestramiento de perros en un curso.
Procurar decir comandos cortos
Las acciones de un animal se basan en el estímulo y respuesta, de nada servirá utilizar comandos muy largos o con más de una palabra. Las órdenes deben ser dadas a través de palabras cortas y siempre a de ser una, por ejemplo: siéntate, abajo, aquí.
Si al decir un comando la mascota no lo acata a la primera orden verbal, es mejor no repetirla y guiarlo con un trozo de comida o con el collar, de esa forma el perro responderá la orden a la primera vez que se le pida.
Recompensa su trabajo
Contrario a lo que comúnmente se cree, los expertos aseguran que a los animales no les agrada recibir caricias por encima de la cabeza, desde esa perspectiva una grata recompensa sería dejar de hacer aquello que los humanos creen que puede gustar al canino sin investigar previamente cuales son sus preferencias.
La comida siempre será otra opción bienvenida para un perro, las recompensas en las fases iniciales son importantes y por ello el dueño puede permitirle a la mascota morder algo que le guste o propiciar un aperitivo a modo de premio. De ser así, es necesario procurar que la comida sea blanda y no seca, evitando que el animal se detenga a masticar el bocado más de lo que conviene en estos casos.
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